Eso era lo que la cuarta caja encerraba, algo tan simple como una caja de 36 colores chinos... algo que desconcertó a nuestro pequeño jerónimo Tajín cuando descubrió que todo aquello que creaba con sus pinturas se convertía en realidad; ¿os parasteis a pensar que alguna de vuestras creaciones artísticas cobraran vida en algún lugar del mundo con tan sólo dibujarlas en una de vuestras libretas?
Mañana continuaremos con la emocionante historia de los pintores chinos... y, por cierto, ¿no sentís un ligero cosquilleo en vuestra nariz? Eso es síntoma de que un hada está pensando en vosotros. Estad atentos.
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